El camino hacia una sociedad igualitaria,
inclusiva y solidaria es una construcción constante, que demanda de la
participación de todos los actores sociales que la conforman. La inclusión es
una materia pendiente para muchos países de la cultura occidental. Si bien se
nota una preocupación y una evolución, respecto al tema, falta todavía mucho
por hacer.
Hablar de inclusión implica un compromiso que
atañe a los gobernantes y a las familias. Los gobernantes tienen la responsabilidad
de crear y ejecutar un cuerpo de leyes que pongan fin a la exclusión de los
sectores marginados. Por su parte, la familia, siendo la primera institución formadora,
deberá educar a sus hijos con sólidos valores, que los forme como actores sociales
defensores de la inclusión.
En el presente trabajo abordaremos un tema que
fue tabú durante siglos: la homosexualidad en la Edad Media. Es importante al
analizar un tema tan significativo, que problematicemos la manera en que se fue
construyendo la diversidad sexual en el mundo occidental y en esa
problematización hacer un análisis exhaustivo de los modelos hegemónicos que
buscaron naturalizar y normalizar la cuestión sexual a partir de un modelo heterosexual,
mangánico y reproductor.
Sólo basta mirar para atrás y observar que los
homosexuales fueron víctimas de la cultura dominante, que los transformaron en
el chivo expiatorio, fácil de culpar de los males de la sociedad, tampoco debemos
olvidar el discurso homofóbico que condenaba a la homosexualidad como una
enfermedad.
El historiador John Boswell realizó
importantes aportes al tema de la homosexualidad a través de la historia,
poniendo al descubierto realidades ocultas.
Antes de iniciar el recorrido sobre la
homosexualidad durante la Edad Media, nos vemos en la obligación de explicar
que el término:” homosexual aplicado al momento histórico que analizaremos es
ahistórico. La palabra homosexual aparece a mediados de 1869 y el término; gay
un siglo después.
En la Edad Media el término utilizado para
hacer referencia a la homosexualidad es sodomía. Es una palabra de origen
bíblico, que narra las características de vida de los moradores de Sodoma y
Gomorra y la posterior destrucción de las mismas por parte de Dios, como
castigo por los pecados cometidos por sus habitantes.
El análisis que realizaremos se centra en La
Alta Edad Media e inicio de la Baja Edad Media, momentos en que el poder de la
Iglesia Católica era indiscutido. El siglo XII es el punto de partida de la
persecución y represión de todas las personas que se identificaba con la
sodomía. El ideal cristiano estaba intencionalmente ligado con el pecado. Sólo
se debía mantener relaciones sexuales si estabas casado, la única excusa para
tener relaciones sexuales era la procreación. Buscar placer sexual era
condenado, todo tipo de coito que no fuera vaginal era pecaminoso. El
homosexualismo no fue contemplado ni tolerado por la iglesia católica.
El análisis de fuentes judiciales y
eclesiásticas del siglo XII en adelante permiten observar como el poder
político y religioso convirtieron a la sodomía en un delito grave que se penaba
con multas, juicios y castigos. En diferentes reinos europeos se crearon
tribunales mixtos, conformados por laicos y eclesiásticos con el sólo fin de
reprimir la homosexualidad. SI nos detuviéramos en España, observaríamos como
la Inquisición española realizó una percusión terrorífica de los sodomitas,
muchos de los cuales terminaron en la hoguera. Fue en ese reino, donde los
sectores de poder a los sodomitas los acusaban de traición con el objetivo de
eliminarlos. Hubo un caso emblemático en tierras españolas en donde dos
personajes importantes fueron procesados por sodomitas se trataba de Antonio
Pérez y un noble valenciano quienes tenían sexo con los aristócratas a cambio
de dinero. Lograron zafar de morir en la hoguera porque uno aceptó un retiro
espiritual y entregar todas sus riquezas a la corona y el otro huyo a
Inglaterra. Similar situación se vivía en Italia, Los estatutos de Bolonia
establecían la persecución de herejes sodomitas. En Inglaterra se dictó la ley
de Fleta en el año 1290, durante el reinado de Eduardo I, que condenaba a los
sodomitas a morir en la hoguera.
¿Por qué tanta intolerancia hacia los
homosexuales?
El discurso religioso fue determinante para
perseguir y condenar a los amores desviados de sus funciones reproductivas.
Pedro Damiano fue uno de los primeros intelectuales de la iglesia medieval italiana
que atacó ferozmente a la sexualidad llamada contranatura. Consideraba al sexo
entre hombres como el acto más pecaminoso. Este importante teólogo presionó al
Papa León IX y a los obispos para que sean intolerantes a las prácticas
sexuales entre hombres. Su pensamiento fue tomado por teólogos medievales que
condenaban las prácticas sexuales que no tenían fines reproductivos y en
especial el sexo entre hombres.
En función de la interpretación bíblica se
suponía que la sodomía traería el enojo divino y en consecuencia el mundo sería
víctima de plagas y desastre naturales. En definitiva, la iglesia obligaba a la
población católica a cumplir el mandato divino, porque de lo contrario en el juicio
final serían condenado al fuego del infierno
La Iglesia católica y el papado dominaban la
mentalidad de la época, por ese motivo un número significativo de obras
literarias atacaban el sexo entre hombres.
Los manuales de confesores y las homilías de
los predicadores son importantes fuentes históricas para observar el ataqué de
la iglesia hacia la sodomía. No sólo se advertía a los creyentes sino a
miembros de la iglesia de no practicar el sexo entre hombres. El amor entre
hombres existía de manera clandestina. Incluso en el seno de la iglesia.
Gregorio IV aplicó las recomendaciones del
Concilio de Letrán de 1179, en donde se hacía explicito no tolerar fuera y ni
dentro de las abadías las relaciones sexuales entre hombres. Todos los monjes
sodomitas eran expulsados y excomulgados. Por su parte el Tribunal de la Santa
Inquisición hacía el trabajo final, condenar a la hoguera a los sodomitas. Este
tribunal consideraba las relaciones sexuales entre hombres, prácticas
satánicas.
Nada detenía el accionar del Tribunal de la
Santa Inquisición, hasta los templarios fueron víctimas del ataque despiadado
del famoso Tribunal. En el año 1307, doscientos templarios fueron acusados de
prácticas sacrilégicas y de rituales homosexuales. Cincuenta y cuatro
templarios murieron en la hoguera.
La homosexualidad era una violación a la fe.
La iglesia católica se transformó en rectora de la vida sexual. El sexo
conyugal sólo debía apuntar a la procreación y se regía respetando el
calendario litúrgico y el ciclo menstrual de la mujer.
John Boswell afirma que existía un rito de matrimonio
homosexual, rito de hermanamiento. Esta afirmación la realizó luego de recorrer
y recoger información de las bibliotecas más importantes, incluyendo la
biblioteca del Vaticano. Los contrayentes se encomendaban a San Baco y a San
Sergio (Santos del siglo IV), el ritual reafirmaba un compromiso de amistad. Este
ritual se denominaba adelfopoiesis (Adolfo: hermano y poiesis:
acto). Era unión reconocida y practicada por diversas Iglesias cristianas en
que se unía a dos personas del
mismo sexo. Por lo general se trataba de dos hombres, aunque
también existen casos de mujeres que se unieron bajo este ritual.
La unión establecía a
ambas partes a cuidar el uno al otro, compartir bienes, trabajos y tareas e
incluso familia. Al igual que en una boda
convencional, se prometía fidelidad y una unión eterna hasta la muerte.
La adelfopoiesis permitía compartir bienes, vivir juntos, vincular familias,
heredar bienes e incluso la posibilidad de ser enterrados juntos.
El propósito original
de la adelfopoiesis no era la legalizar una unión de tipo romántico, sino que
pretendía hacer referencia más bien a una especie de adopción o hermanamiento
legal (de hecho, es conocida en latín como fraternitas iurata o ordo ad fratres
faciendum). Es el caso amistades muy profundas, algunas relaciones de maestro y
aprendiz o compañeros de armas (un amor más bien amical y no romántico).
Asimismo, no se contemplaba la existencia
de consumación carnal, algo que sí validaba los matrimonios de
la época.
Pero no hay duda de
que lo cierto es que en la práctica consiguió que parejas de personas del mismo
sexo que se amaran de forma romántica y erótica pudieran tener una unión de
tipo legal.
Esta práctica tuvo
lugar entre la Alta Edad hasta principios de la modernidad. El ritual de unión tenía
una serie de pautas que se cumplían de manera estricta: el mayor de la pareja
se ubicaba a la derecha del atril y el menor a la izquierda. Se recitaban
oraciones, en las cuales se pedía que sean unidos por el amor, recurrían a
ejemplos de amistades bíblicas. Atados como símbolo de unión juraban sobre el
evangelio.
Se leía el padre
nuestro, versos de San Pablo sobre el amor y de Jesús sobre la unidad. Luego
bebían vino de una copa y finalizaba con un canto sobre la amistad.
La primera unión
realizada entre personas del mismo sexo en Europa medieval, se realizó en
Galicia. Los contrayentes fueron Pedro Díaz y Nuño Vanailaz , un sacerdote de
la iglesia de Santa María de Ordes legalizó la unión en abril del año 1061 . El
documento histórico que da fe de lo expresado se encuentra en el Archivo
Histórico de Madrid.
Podemos afirmar que
el poder religioso y político medieval fue intolerable con los sodomitas; el
ataque irracional hacia estas personas se fundamentaba en principios religiosos,
que devenían de interpretaciones bíblicas.
Bibliografía:
-Boswell,
J.(1992)Cristianismo y Tolerancia social y homosexual. Los gay en Europa
Occidental desde el comienzo de la Edad Cristiana hasta el siglo XIV, Muchnik,
Barcelona.
Carrasco, R. (2022)
Contra la estirpe de Sodoma, Valencia.
-de la Flor
Gutierrez,J.(2021), Sodoma en la Edad Media. El discurso de represión de la
homosexualidad entre los siglos V y XV, Toledo; Universidad de Castilla.
- Guash, O.(2000)La
crisis de la Heterosexualidad, Leartes, Barcelona.
-Ortega Baun, A.(202)”
Conociéndose carnalmente; Sexo y sexualidad en la Castilla Medieval;
Valladolid, Ediciones de Valladolid.
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